Las cuatro especies
Basado en la Cabala.
Las cuatro especies son los cuatro estados que transitamos a lo largo de nuestra vida y de nuestro crecimiento a nivel espiritual.
El “sabor” y el “aroma”, es lo que distingue a estos 4 estados o especias. Puede que se tenga sabor, o aroma, o incluso ninguno de ellos.
El aroma está relacionado con la mente y el gusto con el corazón.
Si queremos avanzar en la espiritualidad, deberemos de centrar nuestra atención hacia el Creador, incluso cuando nos hallemos en una estado o situación en que no sentimos ni aroma, ni sabor, en la espiritualidad. A veces el unir todos los estados hacia un objetivo común nos proporciona cierta habilidad para experimentar el verdadero placer espiritual ilimitado y para recibir, en todas la circunstancias.
Basado en la Cabala.
Las cuatro especies son los cuatro estados que transitamos a lo largo de nuestra vida y de nuestro crecimiento a nivel espiritual.
El “sabor” y el “aroma”, es lo que distingue a estos 4 estados o especias. Puede que se tenga sabor, o aroma, o incluso ninguno de ellos.
El aroma está relacionado con la mente y el gusto con el corazón.
- En oportunidades parece agradable a ambos, mente y corazón (aroma y sabor), y cuando esto sucede los Cabalista lo llaman ETROG (cítrico)
- En otros momentos la persona piensa que la espiritualidad los atrapa, pero que es difícil de comprenderla. En este estado, se lo puede considerar con el “sabor", pero que no incluye el “Aroma”. Los cabalistas llaman a este estado (Rama de palma) Lulav.
- A veces sucede que la espiritualidad se experimenta como un fragancia, pero a su vez, sin un sabor, su importancia, está muy clara, pero mientas que el corazón puede sentirlo, la mente es incapaz de comprenderla.
- Por último sucede en ocasiones que las personas no pueden ni sentir el aroma ni el sabor, (ni mente ni corazón) en este estado el ser humano se encuentra en un estado de Aravot (sauce)
Si queremos avanzar en la espiritualidad, deberemos de centrar nuestra atención hacia el Creador, incluso cuando nos hallemos en una estado o situación en que no sentimos ni aroma, ni sabor, en la espiritualidad. A veces el unir todos los estados hacia un objetivo común nos proporciona cierta habilidad para experimentar el verdadero placer espiritual ilimitado y para recibir, en todas la circunstancias.